Matar a un hombre

 Anoche fui a ver al Lord Corchrane (teatro municipal de Valdivia) "Matar a un hombre" (Chile, 2014).

 Había quedado atravesada con esta película. No la vi durante el festival, escuche buenos comentarios y además, recibió el premio del publico en la competencia de largometraje internacional, así que esta oportunidad, gratis!, no lo iba a perder.

 Tengo que empezar diciendo que esta, buena buena buena buenaza!. Es una de esas historia que a uno se le quedan dando vueltas... o por lo menos a mi. De esas que con su simpleza y cercanía al todo que nos rodea, dejan sintiendo eso de que uno no sabe las cosas que le esperan a la vuelta de la esquina... y como vas a reaccionar.

 Jorge, es un hombre, como se dice, "de trabajo", muy promedio, muy normal, casado, con 2 hijos, que se afectado por el descriterio de las políticas que rigen nuestros trazados urbanos.

 Un día, camino a su casa, es asaltado por... digámoslo así, vecinos, gente del barrio. Luego de esto, su hijo es baleado por el mismo hombre, que si bien va a la cárcel, sale libre luego de cumplir una acotada condena y comienza a acosar a su familia.

 Es entonces cuando llega ese punto donde la justicia, el sistema o lo que sea, no hace nada por proteger al ciudadano de a pie (sobretodo si no tiene dinero) y este hombre "de trabajo" y tranquilo, tiene que sentarse a mirar, con profunda frustración, como su familia esta en riesgo... podría alguien condenar que quiera matar a ese hombre?.

 Lo que también me parece interesante, es como se toma a decisión, sin arrebato, sin desesperación, más bien con desesperanza, desde alguien ajeno al mundo de la violencia. Luego, como se puede seguir de largo con la vida?

 Me encanto como esta hecha la película, la velocidad, los sonidos, la iluminación, unos encuadres en los que uno siente la presión en la cabeza de Jorge y la desolación en la finalmente, todos estamos. Se suspende la respiración en muchos momentos, uno se involucra, empatiza y entiende, 

 Toda la película se siente tan "no película", tan real y cotidiana, que podría estar sucediendo, como ya dije, a la vuela de la esquina.